8 horas
Fácil
Comenzamos el recorrido con una visita a una famosa tienda de cuero en Inca, una ciudad ubicada en el corazón de Mallorca y conocida por su industria del cuero y el calzado. Serpenteando por la estrecha carretera de Lluc llegamos a la playa de Sa Calobra y la desembocadura del Torrent de Pareis, que configuran este imponente capricho de la naturaleza. Estamos en una peculiar playa rodeada de grandes montañas escarpadas y, al fondo, el azul turquesa del mar, un escenario que conquista a visitantes y lugareños. El Torrente de Pareis, principal protagonista de esta creación de la naturaleza, es hábitat de diferentes especies de animales y vegetación autóctona que le otorgan un valor medioambiental incalculable.
En Sa Calobra, nos embarcaremos en un crucero hasta el Puerto de Sóller, navegando por la costa norte de la isla
y observando la cornisa marítima de la Sierra de Tramuntana (catalogada como Patrimonio de la Humanidad) que ofrece unas vistas espectaculares de la naturaleza en estado. puré de patatas.
Una vez en tierra, podemos admirar el paseo marítimo del Puerto de Sóller, un puerto natural rodeado de espectaculares montañas. Un enclave histórico codiciado en la antigüedad por corsarios y piratas debido a la ubicación de Mallorca en el mar Mediterráneo.
El Valle de Sóller nos ofrece aromas mixtos de azahar y cítricos,
paisajes idílicos y una rica historia marítima que podremos descubrir en este viaje en tren. Desde el propio puerto cogeremos el emblemático tranvía de madera hasta la localidad de Sóller donde nos reciben sus bulliciosas calles y famosos edificios modernistas como su Iglesia de San Bartolomé o el antiguo Banco de Sóller. Sóller, conocida como la cuna del modernismo, tiene una extensa historia entre sus calles y edificios. Las antiguas casas señoriales y palacios de estilo colonial nos cuentan cómo en los siglos XIX y XX los comerciantes mallorquines hicieron fortuna con el comercio de la naranja en Francia y cómo el rey Alfonso XIII proclamó la villa de Sóller como ciudad y centro comercial y cultural de la zona. .
Desde el centro, iniciaremos la ruta de regreso con el tren clásico de Sóller a Palma. Sus carros de madera, mimados con mimo, nos trasladan con su suave traqueteo a 1912 cuando fue inaugurado. El tren se caracteriza por ser un ferrocarril de vía estrecha, poco común hoy en día y por presentar un material rodante antiguo muy variado, de carácter detallado y mantenimiento artesanal.
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